Bueno, déjame decirte, caballeros, los juegos del diablo no están restringidos a los confinados al infierno. Otros pueden jugarlos.
(Well, let me tell you, gentlemen, the games of the devil are not restricted to those confined to hell. Others can play them.)
La cita de "The Bourne Ultimatum" de Robert Ludlum sugiere que los esquemas engañosos y malévolos a menudo atribuidos al diablo no se limitan únicamente a las figuras o reinos malvados tradicionales. En cambio, implica que cualquiera, independientemente de sus circunstancias, tiene el potencial de participar en juegos tan manipuladores.
Esta perspectiva enfatiza la idea de que la ambigüedad moral existe en todas las personas y que la oscuridad puede surgir en lugares inesperados. Sirve como un recordatorio de que el desafío de confrontar estos "juegos" se encuentra no solo en amenazas externas sino también dentro de nosotros y a quienes nos rodean.
