Qué trampa tan inteligente, tu clase de decisión para nosotros, continuó. Primero la bomba atómica. Ahora esto. ¿Trap? Se hacía lugar maravillosamente. Saquearon sus bonos del Tesoro Público y Corporativo, y entregaron sus industrias a Nincompoops, dijo. Luego hicieron que su gobierno tomara prestado tanto de nosotros que no tuvimos más remedio que enviar un ejército de ocupación en trajes de negocios. ¡Nunca antes la clase dominante de un país encontró una manera de pegar a otros países con todas las responsabilidades que su riqueza podría implicar, y aún así seguir siendo rica más allá de los sueños de avaricia! ¡No es de extrañar que pensaron que el comatoso Ronald Reagan fue un gran presidente!
(What a clever trap your Ruling Class set for us, he went on. First the atomic bomb. Now this.Trap? I echoed wonderingly.They looted your public and corporate treasuries, and turned your industries over to nincompoops, he said. Then they had your Government borrow so heavily from us that we had no choice but to send over an Army of Occupation in business suits. Never before has the Ruling Class of a country found a way to stick other countries with all the responsibilities their wealth might imply, and still remain rich beyond the dreams of avarice! No wonder they thought the comatose Ronald Reagan was a great President!)
El pasaje citado critica cómo la élite gobernante ha manipulado los sistemas económicos y políticos para su ventaja, creando vulnerabilidades sistémicas que los benefician mientras cargan a la población general. El orador ilustra esta manipulación a través de eventos históricos, como el desarrollo de la bomba atómica y la posterior explotación financiera, revelando que los ricos han descargado efectivamente sus responsabilidades en los demás.
Este comentario destaca el éxito paradójico de la clase dominante, quienes mantienen su riqueza y poder incluso ante la deuda nacional y la presencia militar en los mercados extranjeros. A través de esta lente, el autor sugiere que la complacencia social, ejemplificada por la aprobación de líderes como Ronald Reagan, permite que estas manipulaciones continúen sin desafío.