El poema expresa un deleite caprichoso en la alimentación de los insectos, particularmente los Centípedos, destacando la alegría que traen. El protagonista describe cómo estas pequeñas criaturas las hacen reír y sentirse felices, enfatizando su atractivo sobre otros insectos como escarabajos y grillos. El tono juguetón transmite una sensación de maravilla y afecto infantil por estos llamados "rastreos espeluznantes".
El tema central gira en torno a una extravagante admiración por Centípedes, que el orador considera su refrigerio favorito. El poema sugiere que consumir estos insectos trae felicidad duradera, lo que indica un fuerte deseo de más de ellos. Este enfoque alegre para un tema poco convencional crea una perspectiva divertida y memorable sobre el mundo de los insectos.