Cuando el amor se seca en un matrimonio, los niños se convierten en mortero para los ladrillos. Cuando los niños se van, los ladrillos se sientan uno encima del otro. Cuando los niños mueren, los ladrillos caen.
(When love dries in a marriage, the children become mortar for the bricks. When the children leave, the bricks just sit atop each other. When the children die, the bricks tumble.)
La cita de la "primera llamada telefónica del cielo" de Mitch Albom ilustra la idea de que los niños a menudo sirven como una fuerza vinculante en un matrimonio donde el amor ha disminuido. En tales situaciones, los padres pueden aferrarse a sus hijos como una forma de mantener su relación, utilizándolas como un sistema de apoyo que mantiene unido la estructura familiar. Sin la presencia de hijos, los problemas subyacentes en el matrimonio se vuelven más evidentes, causando tensión e inestabilidad.