En la vida, es común formar nuevas amistades con frecuencia, ya sea anualmente o incluso mensualmente. Sin embargo, los lazos creados durante la infancia se destacan como insustituibles. Estas conexiones tempranas tienen un valor único que resiste la prueba del tiempo y los cambios de la vida.
Las amistades de la infancia a menudo se caracterizan por lazos profundos e inquebrantables, descritos como vinculados "con aros de acero". Esto sugiere que si bien las nuevas relaciones pueden enriquecer nuestras vidas, las amistades duraderas de nuestros años formativos tienen una fuerza y un significado especiales que pueden durar hasta la edad adulta.