En este pasaje, vemos un hobbit transformado que ha sufrido cambios significativos desde sus primeras aventuras. El personaje reflexiona sobre cuán diferente se ha vuelto, derramando su antiguo yo con todos sus ingenuos hábitos. La ausencia de un pañuelo de bolsillo simboliza no solo su crecimiento sino también las pruebas que ha enfrentado en su viaje.
Este desarrollo indica que el hobbit ha evolucionado de un individuo simple y sin preparación a alguien más experimentado y resistente. La mención de los pañales de bolsillo, una vez un elemento esencial, resalta el contraste entre su pasado y presente, marcando una transición clara en su carácter y opciones de vida.