En la novela "sin protección" de Barbara Kingsolver, un pediatra destaca las intensas reacciones emocionales de los bebés al dolor. Durante un chequeo, señala la angustia de un bebé que llora, lo que indica que tales respuestas a menudo se interpretan como trauma en niños pequeños. Esta perspectiva abre una discusión más amplia sobre cómo las experiencias tempranas dan forma a las respuestas emocionales y el desarrollo.
Después de esta observación, el médico recomienda cambiar la fórmula del bebé, enfatizando la necesidad de abordar el bienestar físico y emocional. Esto sugiere que comprender el comportamiento de un bebé puede requerir un enfoque holístico, considerando factores nutricionales y psicológicos a su cuidado.