Barbara se dijo a sí misma: ¡Oh, por favor, por favor, por favor! Por favor, no salga nada mal con esto, esto es muy improbable, imposible, pero hermoso. Ella no estaba segura de a quién abordar esta invocación. ¿A Venus, tal vez? Si la diosa del amor estuviera escuchando, seguramente apreciaría tal invocación y comprendería la urgencia, el anhelo, que se quedó detrás de él.

(Barbara said to herself: Oh, please, please, please! Please let nothing go wrong with this-this wildly improbable, impossible, but gorgeous thing. She was not sure to whom to address this invocation. To Venus, perhaps? If the goddess of love were listening, she would surely cherish such an invocation and understand the urgency, the yearning, that lay behind it.)

por Alexander McCall Smith
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En un momento introspectivo, Barbara se encuentra deseando fervientemente el éxito de una situación delicada y hermosa que está experimentando. La urgencia y la profundidad de sus sentimientos la llevan a considerar quién podría escuchar su súplica, reflejando una conexión personal con lo divino y la naturaleza mística del amor. Esto resalta su vulnerabilidad y la esperanza a la que se aferra ante la incertidumbre.

Al invocar a la Diosa Venus, Barbara busca un protector para sus deseos, encarnando un atractivo tanto al reino espiritual como un reconocimiento de sus propios anhelos más sinceros. Este momento captura la esencia del anhelo y el deseo de las bendiciones del amor, ilustrando las emociones complejas que acompañan experiencias tan profundas, al tiempo que enfatizan el tema de anhelo que impregna sus pensamientos.

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enero 23, 2025

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