Pero lo que seguía preguntando es esto: ese primer segundo cuando sintió que su falda ardía, ¿qué pensó? Antes de saber que era velas, ¿creía que lo había hecho ella misma? Con las increíbles giros de sus caderas, y la calidez de la música dentro de ella, ¿creía ella, incluso por un glorioso segundo, que su pasión había llegado?
(But what I kept wondering about is this: that first second when she felt her skirt burning, what did she think? Before she knew it was candles, did she think she'd done it herself? With the amazing turns of her hips, and the warmth of the music inside her, did she believe, for even one glorious second, that her passion had arrived?)
En "The Girl in the inflamable falda" de Aimee Bender, un momento de intensa curiosidad surge cuando el protagonista experimenta su falda de repente. Este evento inesperado provoca una reflexión sobre sus pensamientos iniciales. Antes de darse cuenta de que fue causado por velas, hay un momento de incertidumbre en el que podría haber contemplado si de alguna manera era responsable de este incidente, tal vez debido a su propia energía apasionada.
Esta escena captura ingeniosamente la yuxtaposición del peligro y el encanto, ya que el disfrute del personaje de la música y el movimiento podría llevarla a percibir una sensación de empoderamiento. Para un instante fugaz, puede haber sentido como si sus deseos se hubieran manifestado en una realidad tangible, planteando preguntas sobre los límites entre la agencia personal y las consecuencias imprevistas en los ámbitos de la pasión y la creatividad.
