Epictetus enfatiza que si bien las dolencias físicas como la enfermedad pueden obstaculizar el cuerpo, no necesariamente disminuyen la fuerza de la voluntad, lo que permanece resistente a menos que uno decida dejar que se obstaculice. Utiliza la cojera como ejemplo, sugiriendo que incluso cuando una pierna está deteriorada, la voluntad aún puede prosperar y perseguir objetivos. Es un recordatorio de que nuestra fortaleza mental es a menudo más significativa que nuestras limitaciones físicas.
Además, Epictetus fomenta la reflexión sobre cómo varios eventos pueden servir como obstáculos en la vida. Estos desafíos pueden obstruir ciertas actividades, pero no tienen que impedir nuestro espíritu o determinación. En última instancia, poseemos el poder de superar las dificultades, manteniendo nuestra fuerza interna independientemente de las circunstancias externas.