En su libro "Blue Like Jazz", Donald Miller enfatiza la distinción entre morir por una causa y vivir por uno. Si bien sacrificarse uno mismo puede verse como un acto glorioso, el verdadero desafío radica en comprometerse con un propósito con el tiempo. Vivir para algo requiere una dedicación e integridad continuas, en lugar de la naturaleza fugaz de la fama o el reconocimiento.
Miller sugiere que nuestra motivación debe provenir de nuestras creencias en lugar de tendencias o elogios superficiales. Una vida significativa implica una búsqueda consistente de las convicciones de uno, que fomenta la realización y conexión más profundas con lo que realmente importa.