En este extracto de "Blue Like Jazz" de Donald Miller, el autor comparte su transformación con respecto a la música de jazz. Inicialmente, no le gustaba el jazz por su falta de resolución, pero su perspectiva cambió después de presenciar a un hombre tocando el saxofón fuera del Teatro Bagdad. Mientras observaba la pasión del músico, comenzó a apreciar el jazz, al darse cuenta de que a veces, el amor por algo se puede enseñar a través del entusiasmo de otra persona.
Miller luego atrae un paralelo a su viaje espiritual, admitiendo que alguna vez albergó sentimientos similares hacia Dios, creyendo que Dios también carecía de resolución. Sin embargo, este punto de vista cambió después de eventos significativos en su vida. Sus reflexiones sugieren que la comprensión y el amor se pueden cultivar presenciando la devoción de los demás, ya sea a la música o la espiritualidad.