En la vida, a menudo enfrentamos momentos que nos obligan a embarcarnos en nuevos comienzos, ya sea debido a desafíos difíciles como una enfermedad grave, cambios importantes de la vida como el matrimonio o la reubicación, o contratiempos inesperados como la pérdida de empleo. Cada una de estas circunstancias nos impulsa hacia adelante, incluso si nos sentimos abrumados e inciertos. A pesar del caos y la dificultad, seguimos decididos a buscar nuevas oportunidades y encontrar significado en nuestras experiencias.
La esperanza es un impulso innato que nos anima a explorar las posibilidades que se nos presentan, incluso cuando la vida se siente desalentadora. Es un poderoso llamado a la acción, instándonos a abrazar nuestras circunstancias y buscar belleza en el caos. Como ilustra Kingsolver, llega un momento en que nos damos cuenta de que es hora de aprovechar nuestras vidas y comprometerse completamente con el mundo que nos rodea, sin importar cuán desordenado sea.