En "Las hijas de la princesa Sultana", Jean Sasson explora las intrincadas vidas de las mujeres en Arabia Saudita, destacando sus luchas y su resistencia en una sociedad dominada por costumbres rígidas. La cita: "Cada línea recta puede convertirse en una curva", simboliza los desafíos que enfrentan mientras navegan por estructuras patriarcales y deseos personales. A través de las historias de los personajes, Sasson ilustra la búsqueda de autonomía y las complejidades emocionales de vivir dentro de esos límites.
La narrativa no sólo arroja luz sobre las prácticas culturales sino que también enfatiza el potencial de cambio y adaptación. La cita sugiere que incluso las situaciones más rígidas pueden transformarse, capturando la esencia de la resistencia y la flexibilidad en los viajes de las mujeres. El trabajo de Sasson sirve como un poderoso recordatorio de la fuerza que se encuentra en la vulnerabilidad y la posibilidad de redefinir el propio camino, reforzando el espíritu perdurable de aquellos que se atreven a doblar las líneas trazadas para ellos.