Finalmente, ascendimos y vi el Caribe ... Mi primer sentimiento fue un deseo salvaje de conducir una participación en la arena y reclamar el lugar por mí mismo. La playa era blanca como sal y se cortó del mundo por un anillo de colinas empinadas que enfrentaban el mar. Estábamos en el borde de una gran bahía y el agua era ese color claro y turquesa que obtienes con un fondo de arena blanca. Nunca había visto ese lugar. Quería quitarme toda mi ropa y nunca volver a usarla.
(Finally we came over a rise and I saw the Caribbean...My first feeling was a wild desire to drive a stake in the sand and claim the place for myself. The beach was white as salt, and cut off from the world by a ring of steep hills that faced the sea. We were on the edge of a large bay and the water was that clear, turquoise color that you get with a white sand bottom. I had never seen such a place. I wanted to take off all my clothes and never wear them again.)
El narrador de "The Rum Diary" experimenta un profundo momento de asombro al ver al Caribe por primera vez. La belleza de la escena evoca un fuerte deseo de reclamarlo como suyo, destacando el encanto de la naturaleza intacta que lo rodea. La playa se describe vívidamente, con su brillante arena blanca y las colinas cerradas que crean una sensación de aislamiento, lo que hace que se sienta como un paraíso personal.
Este encuentro con el paisaje provoca un profundo anhelo de la libertad y una ruptura de las limitaciones de la sociedad. El deseo del narrador de arrojar su ropa simboliza un deseo de abrazar una existencia más natural y liberada en un lugar que se siente intacto por el mundo exterior. La claridad del agua turquesa enfatiza aún más la calidad prístina de este entorno idílico, por lo que es una experiencia memorable y transformadora para él.