El perdón es una elección consciente que requiere la admisión de irregularidades. El acto de confesar los pecados es esencial para recibir el perdón, como lo indica la enseñanza bíblica en 1 Juan 1: 9, que enfatiza que el verdadero arrepentimiento conduce a la limpieza divina. Esto sugiere que los individuos deben reconocer sus fallas para abrirse a la gracia del perdón.
Además, Cristo ofrece un profundo don de salvación y vida eterna a todos los que la buscan. Apocalipsis 22:17 destaca que cualquier persona que anhele el cumplimiento espiritual puede aceptar libremente esta oferta. La invitación a participar en el 'Agua de la Vida' refleja la accesibilidad y la generosidad del perdón de Cristo, disponible para todos los dispuestos a recibirlo.