En "El lado tranquilo de la pasión", Alexander McCall Smith reflexiona sobre la alegría que proviene de dar a los demás. Él enfatiza que el acto de dar puede traer tanta satisfacción, si no más, que recibir dones o amabilidad. Esta perspectiva desafía la noción de que recibir debe verse como la última fuente de felicidad.
Además, el autor argumenta que retener la alegría de dar de los demás puede verse como cruel o egoísta. Compartir experiencias y generosidad puede fomentar las conexiones y mejorar la felicidad tanto del donante como del receptor, por lo que es una parte vital de la interacción y las relaciones humanas.