En el trabajo de Joseph Heller, la frase "¡Ayúdelo! Ayuda quién? ¡Ayuda al bombardero! Soy un bombardero" encapsula el caos y el absurdo que enfrentan los personajes. El diálogo refleja un momento de confusión y identidades superpuestas, destacando la espesa atmósfera de la guerra y la lucha por la supervivencia. Esta interacción enfatiza cómo los personajes a menudo están atrapados en roles que son vitales y abrumadores, lo que ilustra su desesperada necesidad de asistencia en medio de agitación. El diálogo de Heller sirve para revelar el comentario más profundo sobre lo absurdo del conflicto y la difícil situación del individuo en los sistemas burocráticos. El Bombardier no es solo un luchador, sino que también simboliza la experiencia compartida de muchas personas atrapadas en la mecánica de la guerra, anhelando el reconocimiento y la ayuda en sus esfuerzos. Esta cita captura conmovedor los temas más grandes de identidad, propósito y la búsqueda de apoyo en un mundo desordenado.