El pasaje describe una figura prominente cuya integridad y comportamiento amigable lo hicieron muy querido y difícil de no gustar. Si bien es posible que no haya poseído el mismo nivel de seriedad que Washington, carisma como Hamilton o profundidad intelectual como Madison, lo compensó con claridad en su discurso y escritura. Su comprensión y conocimiento eran evidentes, mostrando una capacidad para discutir temas complejos con facilidad.
Su presencia tranquila durante los tiempos tumultuosos lo convirtió en una fuerza estabilizadora. Cuando surgieron problemas polémicos, a menudo parecía tener una perspectiva más profunda y reflexiva, prestando credibilidad a sus opiniones. Esta claridad decisiva hizo que fuera un desafío para los demás oponerse a él, ya que el desacuerdo se sintió desalentado en comparación con sus puntos de vista razonados.