Corto la madera como quiero, pero es la veta la que decide su resistencia y forma. Puedes sumar y restar recuerdos de las personas, pero no es sólo tu memoria lo que te hace quien eres. Hay algo en el grano de la mente.
(I cut the wood however I like, but it's the grain that decides the strength and shape of it. You can add and subtract memories from people, but it isn't just your memory that makes you who you are. There's something in the grain of the mind.)
En "La saga Worthing", Orson Scott Card utiliza la metáfora de cortar madera para ilustrar las complejidades de la identidad humana. Si bien los individuos pueden manipular sus experiencias y recuerdos, las cualidades inherentes que dan forma a una persona (similares a la veta de la madera) permanecen constantes. Esto sugiere que la identidad está influenciada no sólo por elecciones personales sino también por características intrínsecas y más profundas que definen quiénes somos.
Card enfatiza que los recuerdos no son los únicos determinantes de nuestra identidad; hay una esencia subyacente en cada persona que contribuye a su estructura mental. Así como la veta de la madera influye en su fuerza y forma, los aspectos fundamentales de la mente de un individuo desempeñan un papel crucial en la configuración de su identidad, subrayando la intrincada relación entre la memoria y el núcleo del ser de una persona.
