Sospecho, por ejemplo, que la deshonra que ahora envuelve a Richard Nixon no resulta por el hecho de que mintió sino que en la televisión parecía un mentiroso. Lo cual, si es cierto, no debería consolar a nadie, ni siquiera a los veteranos Nixon Haters. Para las posibilidades alternativas son que uno puede parecer un mentiroso pero decir la verdad; O peor aún, parece un tellero de verdad pero de hecho mentir. Como
(I suspect, for example, that the dishonor that now shrouds Richard Nixon results not from the fact that he lied but that on television he looked like a liar. Which, if true, should bring no comfort to anyone, not even veteran Nixon-haters. For the alternative possibilities are that one may look like a liar but be telling the truth; or even worse, look like a truth-teller but in fact be lying. As)
Neil Postman explora la naturaleza de la percepción y la verdad en el contexto del legado de Richard Nixon, lo que sugiere que los juicios de las personas a menudo provienen de la apariencia en lugar de la honestidad real. Señala que la imagen de Nixon en televisión contribuyó a la percepción negativa de él, lo que implica que la sociedad puede equiparar el comportamiento físico con credibilidad. Esta observación plantea preocupaciones sobre la confiabilidad de nuestras evaluaciones basadas en imágenes en lugar de sustancia.
Las implicaciones del argumento de Postman se extienden más allá de Nixon, destacando un tema más amplio en el discurso público: uno puede parecer engañoso pero ser sincero, mientras que otro puede parecer honesto pero ocultar falsedades. Esta dinámica desafía nuestra comprensión de la verdad y sugiere que las apariencias pueden ser engañosas, enfatizando la importancia de analizar las verdades más profundas en lugar de depender únicamente de las impresiones de la superficie.