Formo a mis chefs de forma completamente diferente a los demás. Mis chicas y chicos jóvenes, cuando vienen a la cocina, lo primero que reciben es una venda en los ojos. Les vendan los ojos y los sientan a la mesa del chef... A menos que puedan identificar lo que están probando, no podrán cocinarlo.
(I train my chefs completely different to anyone else. My young girls and guys, when they come to the kitchen, the first thing they get is a blindfold. They get blindfolded and they get sat down at the chef's table... Unless they can identify what they're tasting, they don't get to cook it.)
Esta cita enfatiza un enfoque único y centrado en los sentidos de la formación culinaria. Al vendar los ojos a los aspirantes a chefs, se agudizan sus sentidos y se fomenta una apreciación más profunda de los sabores, texturas y aromas sin depender de la vista. Esta formación fomenta la intuición, mejora el desarrollo del paladar y genera confianza en su capacidad para identificar ingredientes. Refleja la filosofía de que dominar los conceptos básicos del gusto y la percepción sensorial es crucial para una cocina excepcional. Este método puede parecer poco convencional, pero resalta la importancia de perfeccionar los sentidos para convertirse en un chef más hábil y perspicaz, lo que en última instancia conduce a mejores creaciones culinarias.
