En la historia que involucra a Von Igelfeld, un personaje expresa que nunca se ha dedicado a jugar un juego o actividad en particular. Este comentario refleja su sentido del humor y la actitud indiferente hacia la participación en actividades competitivas. A pesar de lo que otros podrían esperar, tiende a encontrar satisfacción en su propio enfoque de la vida, tal vez priorizando las actividades intelectuales sobre las recreativas.
Esta declaración sirve como un comentario sobre la naturaleza del juego y la competencia. Para Von Igelfeld, la idea de jugar no es una parte central de su identidad, destacando su perspectiva única. Su personaje exuda encanto e ingenio, mostrando que uno puede adoptar un estilo de vida distinto mientras sigue navegando las complejidades de las interacciones sociales.