Randy Alcorn, en su libro "Si Dios es bueno: la fe en medio del sufrimiento y el mal", enfatiza un cambio en la perspectiva con respecto al propósito del universo. En lugar de priorizar la felicidad inmediata, sugiere que reconocer la gloria a largo plazo de Dios puede cambiar la forma en que vemos y entendemos la presencia del mal y el sufrimiento en el mundo. Este enfoque fomenta una comprensión más profunda de los desafíos de la vida.
Alcorn afirma que si bien el mundo ha enfrentado errores y sufrimientos significativos, hay esperanza en la promesa de Dios de restaurarlo. Sus acciones son impulsadas por un doble propósito: honrar su gloria eterna y garantizar nuestro bienestar eterno. Este punto de vista puede ayudar a los creyentes a navegar sus luchas con un renovado sentido de confianza y expectativa en el plan de Dios.