En el pasaje del "Manual" de Epictetus, el filósofo enfatiza la importancia de la fuerza interna sobre las defensas externas al manejar un hogar. Dibuja un paralelo con el antiguo líder espartano Lycurgus, quien decidió no construir muros alrededor de su ciudad, sino que se centró en cultivar la virtud entre sus ciudadanos. Este enfoque subraya la idea de que el carácter moral y el espíritu comunitario sirven como la verdadera protección contra el daño.
Epictetus sugiere que, en lugar de fortalecer la casa con barreras físicas, es mucho más efectivo cultivar buena voluntad, lealtad y amistad entre los miembros del hogar. Al fomentar un fuerte sentido de unidad y confianza, un hogar se vuelve resistente a las amenazas. En última instancia, la fuerza de las relaciones dentro de un hogar puede resistir incluso los desafíos más formidables planteados por las fuerzas externas.
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