En su libro "Felicidad", Randy Alcorn analiza la idea de que los individuos pueden participar en actos desinteresados y al mismo tiempo beneficiarse de esas acciones emocional y espiritualmente. Él enfatiza que realizar buenas obras para los demás puede conducir a la realización personal, una sensación de felicidad y una conexión con la aprobación divina.
Esta perspectiva destaca que el altruismo no tiene que carecer de satisfacción personal. De hecho, la alegría y el sentido de recompensa que provienen de ayudar a otros pueden coexistir con la intención desinteresada detrás de esas acciones, lo que sugiere que la verdadera felicidad puede surgir impactar positivamente las vidas de los demás y al mismo tiempo sentirse bien con uno mismo.