en J.R.R. Las obras de Tolkien, la presencia de dragones simboliza la esencia de la aventura y los desafíos que enfrentan los personajes. Los dragones representan no solo amenazas físicas, sino también las luchas emocionales y morales que conlleva embarcarse en una búsqueda. En una historia desprovista de desafíos significativos, el viaje carece de emoción y profundidad. Este punto de vista subraya cuán críticos son los obstáculos para la narración de cuentos, enriqueciendo la narrativa y las experiencias de los personajes.
Tolkien creía que las verdaderas aventuras están definidas por las batallas y las pruebas que uno encuentra en el camino. Sin dragones, emblemáticos de enemigos formidables o tareas desalentadoras, los cuentos no resonarían o cautivarían al público. Su punto de vista alienta a los lectores a adoptar los desafíos como parte integral de cualquier aventura, postulando que superar tales obstáculos crea historias significativas que vale la pena compartir.