Esta cita ofrece una mirada sincera al proceso meticuloso y colaborativo de la realización cinematográfica, particularmente en el desarrollo de un guión. Destaca la importante inversión de tiempo (hasta un año) para refinar un guión hasta un estado en el que esté listo para filmarse. Esta duración subraya la cantidad de paciencia, iteración y aporte colectivo que se requiere para elaborar una narrativa que cumpla con la visión creativa y los requisitos prácticos de una producción. La mención de aproximadamente 20 borradores ilustra cuán iterativo es el proceso; cada versión sirve como un trampolín hacia la mejora, el refinamiento y la claridad. La retroalimentación frecuente, como cuando los colegas expresan dudas o proponen cambios, indica un ambiente de crítica abierta y mejora continua del trabajo. Dar énfasis a discusiones breves (solo 15 minutos) sobre cada comentario crítico revela cuán específicas y eficientes son estas sesiones de revisión, centrándose en elementos clave en lugar de debates prolongados. En general, la cita ejemplifica que la realización cinematográfica es tanto un proceso de perseverancia, colaboración y atención al detalle como de que el producto final sea convincente y pulido. Enseña a apreciar el esfuerzo detrás de escena que a menudo pasa desapercibido pero que es esencial para crear cine de calidad, recordándonos que las grandes historias rara vez nacen de la noche a la mañana, sino que son el resultado de un esfuerzo persistente y un trabajo en equipo.