Kearny fue un luchador experimentado, que había ganado una experiencia de combate significativa durante su servicio en México como capitán de caballería. Una vez había expresado su deseo de liderar un cargo de caballería, demostrando su pasión juvenil por la batalla. Poco después de expresar esta ambición, tuvo la oportunidad de cumplirla, pero a un alto costo, liderando una carga que resultó en la pérdida de su brazo izquierdo.
A pesar de esta lesión grave, Kearny mantuvo su sentido del humor y el pragmatismo. Según los informes, aconsejó a su sirviente sobre las dificultades de perder un brazo, señalando con humor lo desafiante que sería usar un guante. Esta cita refleja el espíritu resistente de Kearny y su capacidad para hacer frente a las duras realidades de la guerra, al tiempo que destaca los sacrificios personales realizados por los soldados.