El liberalismo mismo ha fallado, y por una razón bastante buena. Se ha visto con demasiada frecuencia comprometida por las personas que lo representaban.
(Liberalism itself has failed, and for a pretty good reason. It has been too often compromised by the people who represented it.)
El liberalismo, como ideología, ha luchado por lograr sus objetivos previstos debido a la influencia de quienes afirman mantener sus principios. Los compromisos realizados por estos representantes han llevado a una dilución de los valores centrales que el liberalismo tiene como objetivo promover, como la igualdad y la justicia social. Este fracaso para mantener la integridad ha resultado en la desilusión entre los partidarios y la percepción de que el liberalismo no ha cumplido con sus promesas.
Hunter S. Thompson, en su libro "Fear and Loathing on the Campaign Trail '72", critica este fenómeno al destacar cómo los que están en el poder a menudo traicionan los mismos ideales que abogan. La desconexión entre los políticos liberales y sus creencias fundamentales ha obstaculizado el progreso y fomentado el cinismo entre el público, lo que provocó una reevaluación de la efectividad del liberalismo para abordar los problemas sociales.