El narrador expresa un sentido de identidad que resiste las normas sociales, lo que sugiere que una llamada cura despojaría su singularidad en lugar de mejorarlas. Destacan que su naturaleza inherente no se puede cambiar, enfatizando la idea de que la transformación, como la causada por el Vyrus, simplemente revela el verdadero carácter de una persona en lugar de alterarla fundamentalmente.
Esta perspectiva ilustra la creencia de que la esencia de uno no está definida por cambios o condiciones externas, sino que es innata para el ser de uno. La cita transmite un mensaje poderoso sobre la autenticidad, lo que sugiere que el verdadero yo de una persona se descubre a través de sus elecciones y acciones, en lugar de modificarse por fuerzas externas.