A menudo siento que voy a una región distante del mundo para recordar quién soy realmente. No hay misterio sobre por qué esto debería ser así. Desmontado de su entorno ordinario, sus amigos, sus rutinas diarias, su refrigerador lleno de su comida, su armario lleno de ropa; con todo esto quitado, se ve obligado a la experiencia directa. Tal experiencia directa inevitablemente te hace consciente de quién es la experiencia. Eso no siempre es cómodo, pero siempre es estimulante.
(Often I feel I go to some distant region of the world to be reminded of who I really am. There is no mystery about why this should be so. Stripped of your ordinary surroundings, your friends, your daily routines, your refrigerator full of your food, your closet full of your clothes -- with all this taken away, you are forced into direct experience. Such direct experience inevitably makes you aware of who it is that is having the experience. That's not always comfortable, but it is always invigorating.)
En su libro "Viajes", Michael Crichton reflexiona sobre el profundo impacto del viaje en el autodescubrimiento. Señala que alejarse de entornos familiares, rutinas y posesiones puede revelar el verdadero yo. Estar en un lugar desconocido obliga a las personas a enfrentar su identidad central, lo que puede ser incómodo, pero en última instancia conduce a ideas y experiencias estimulantes.
Este proceso de enfrentarse a las distracciones diarias puede ser revelador. Viajar elimina las capas de nuestra vida cotidiana, empujándonos a involucrarnos directamente con nuestro entorno y emociones. Este compromiso directo cultiva una conciencia más profunda de quiénes somos, destacando la importancia de explorar más allá de los límites de nuestra existencia habitual.