Oh, es una empresa buena e inútil, tratando de arreglar el destino. Ese sendero lleva directamente al tiempo antes de que viviéramos, y en ese pozo profundo es fácil lanzar maldiciones como piedras en nuestros antepasados. Pero eso no es más que maldecirnos a nosotros mismos y a todo lo que nos hizo. Si no me hubiera casado con un predicador llamado Nathan Price, mis hijos en particular nunca habrían visto la luz de este mundo. Caminé por el valle de mi destino, es todo y aprendí a amar lo que podría perder
(Oh, it's a fine and useless enterprise, trying to fix destiny. That trail leads straight back to the time before we ever lived, and into that deep well it's easy to cast curses like stones on our ancestors. But that's nothing more than cursing ourselves and all that made us. Had I not married a preacher named Nathan Price, my particular children would never have seen the light of this world. I walked through the valley of my fate, is all, and learned to love what I could lose)
La cita se refleja en la inutilidad de intentar alterar el destino, lo que sugiere que tales esfuerzos finalmente conducen a una obsesión autodestructiva con el pasado. Destaca cómo la culpa de los antepasados solo sirve para socavar el tejido de la existencia de uno. El orador reconoce la complejidad de su linaje y el profundo impacto de sus elecciones en las generaciones futuras.
Al casarse con Nathan Price, el orador...