Un día escuchamos en la radio que una mujer en los suburbios había visto un león de montaña detrás de su casa y había llamado a la policía, quien le disparó al animal. Papá se enojó tanto que puso su puño a través de una pared. Ese león de montaña tenía tanto derecho a su vida como ese viejo biddy agrio con el de ella, dijo. No puedes matar algo solo porque es salvaje.
(One day we heard on the radio that a woman in the suburbs had seen a mountain lion behind her house and had called the police, who shot the animal. Dad got so angry he put his fist through a wall. That mountain lion had as much right to his life as that sour old biddy does to hers, he said. You can't kill something just because it's wild.)
En "The Glass Castle", se produce un incidente significativo cuando una mujer ve a un león de montaña cerca de su casa y desencadena una respuesta policial que resulta en la muerte del animal. Este evento molesta profundamente el padre de Jeannette Walls, quien cree que la vida silvestre tiene el derecho inherente a existir y condena las acciones de la mujer. Su intensa ira lo lleva a golpear una pared, ilustrando sus fuertes sentimientos sobre el valor de todos los seres vivos.
Este momento encapsula la compleja relación de la familia con la naturaleza y sus valores más amplios. El padre de Jeannette siente una sensación de injusticia con respecto a la muerte del león de montaña, enfatizando que las criaturas salvajes no deben ser dañadas simplemente porque son vistas como una amenaza. Su perspectiva fomenta un respeto por la vida y una visión crítica de cómo la sociedad interactúa con la vida silvestre, reflejando los temas más amplios de la responsabilidad de la humanidad hacia la naturaleza en las memorias.