Wall Street desarrolló la industria financiera estructurada como una respuesta a la disminución de la rentabilidad en sus negocios tradicionales, como el corredor de acciones y el corredor de bonos. Con el aumento de Internet, la competencia se intensificó, lo que lleva a una reducción de ganancias en estas áreas convencionales. El cambio hacia las finanzas estructuradas permitió a las instituciones financieras buscar nuevas vías para la generación de ingresos.

Esta transición destaca cómo la dinámica del mercado puede empujar a las empresas hacia productos financieros innovadores. A medida que las actividades de corretaje tradicionales enfrentaron desafíos, Wall Street se adaptó creando instrumentos financieros complejos, alterando el panorama de las finanzas en busca de mayores ganancias.