En los años posteriores a la Revolución Americana, la Declaración de Derechos se convirtió en un símbolo vital en el paisaje cultural estadounidense. Con el tiempo, ha ganado una importancia significativa, a menudo vista como un elemento fundamental de la democracia estadounidense. Sin embargo, durante su creación, su papel se percibió de manera diferente; Sirvió principalmente como una declaración final a un esfuerzo más amplio para redefinir los ideales de la revolución a nivel nacional.
.Joseph J. Ellis destaca que para figuras como James Madison, la Declaración de Derechos no era el foco central, sino un apéndice necesario que redondeó la campaña para articular una identidad nacional unificada después de la revolución. Esta perspectiva subraya el contexto histórico del proyecto de ley y su evolución en un componente venerado de la identidad estadounidense a lo largo de los siglos.