París. . . es reacio a rendirse a las personas que tienen prisa; Pertenece a los soñadores, a aquellos capaces de divertirse en sus calles sin tener en cuenta el tiempo en que los negocios urgentes requieren su presencia en otro lugar.
(Paris . . . is loath to surrender itself to people who are in a hurry; it belongs to the dreamers, to those capable of amusing themselves in its streets without regard to time when urgent business requires their presence elsewhere.)
En su libro "La única calle en París: Life on the Rue des Martyrs", Elaine Sciolino retrata a París como una ciudad que resiste las demandas de quienes corren por la vida. Es un lugar que prospera en la exploración tranquila de sus calles, invitando a las personas a saborear la experiencia en lugar de apurarse con su próxima obligación. La esencia de París, según Sciolino, está estrechamente vinculada a los soñadores, aquellos que encuentran alegría en los momentos cotidianos y pueden disfrutar del ambiente de la ciudad sin la limitación del tiempo.
Esta perspectiva sugiere que la verdadera belleza de París radica en su capacidad para involucrar a las personas en un ritmo de vida más lento y reflexivo. Se alienta a los visitantes y residentes a sumergirse en su cultura y ambiente, lo que les permite escapar de las presiones de los negocios urgentes. La cita captura el espíritu único de la ciudad, enfatizando su atractivo para aquellos que aprecian el arte de vivir de manera total y consciente, un momento a la vez.