Ella también hablaba sólo cuando la reina o el rey se dirigían a ella primero, pero miraba escrutadoramente a cada suplicante, y su rostro claro decía que tenía opiniones sobre todo lo que oía, y que era su orgulloso deber pensar esas opiniones y hacerlas responsables y coherentes.
(She, too, spoke only when the queen or king addressed her first, but she looked searchingly at every supplicant, and her clear face said that she had opinions about everything she heard, and that it was her proud duty to think out those opinions, and make them responsible and coherent.)
El personaje de "Deerskin" de Robin McKinley demuestra una presencia reservada pero perspicaz en la corte real. Sólo habla cuando la reina o el rey la contactan directamente, lo que refleja su respeto por la autoridad. Sin embargo, sus agudas observaciones revelan una profunda comprensión y juicio sobre los asuntos que se le presentan. Esto sugiere que ella no es meramente pasiva; más bien, se involucra activamente con los problemas en cuestión.
Sus claras expresiones faciales transmiten sus pensamientos, lo que implica que es reflexiva y responsable en sus opiniones. Al considerar cuidadosamente sus puntos de vista, tiene el deber de formar ideas coherentes y reflexivas. Esto resalta su papel como observadora reflexiva en el tribunal, lo que sugiere que sus deliberaciones internas contribuyen a la sabiduría y los procesos de toma de decisiones que la rodean.