En "Half Broke Horses", Jeannette Walls reflexiona sobre su educación y los desafíos que enfrentó debido a la falta de apoyo de su madre. Desde una edad temprana, aprendió a ser ingeniosa y proactiva, asumiendo responsabilidades que otros podrían rehuir. Esta independencia asombró a su madre, quien la encontró admirable y preocupante. Si bien su madre reconoció la determinación de su hija, también le preocupó las expectativas sociales de la feminidad.
Walls describe a su madre como lidiar con la idea de que una niña podría poseer tal asertividad y conducción. A pesar de reconocer la fuerza de su hija, seguía siendo una tensión entre las expectativas de ser un hombre de mujer y la realidad de sus capacidades. Este conflicto interno inspiró y preocupó a su madre, ilustrando las complejidades de los roles de género y la lucha por la aceptación en un mundo que a menudo socavaba el potencial de las mujeres.