En "Half Broke Horses", Jeannette Walls reflexiona sobre el potencial de las mujeres con personalidades fuertes que navegan por un mundo dominado por los hombres. Ella señala que muchas de estas mujeres capaces, que podrían haber prosperado en roles de liderazgo, a menudo eligen la enseñanza como su vocación. Esta elección destaca el profundo impacto que pueden tener, configurando las generaciones futuras y guiándolas a través de desafíos.
Walls ve a la enseñanza como un llamado noble, lo que sugiere que los maestros juegan un papel fundamental en la sociedad. Al compararlos con figuras sagradas, enfatiza su importancia en llevar a otros por ignorancia y adversidad. A través de esta perspectiva, Walls honra la dedicación de los maestros y reconoce el valor que aportan a individuos y comunidades por igual.