A veces leemos las Escrituras sobre regocijarse o confiar y pensar, fácil de decir, pero no estás enfrentando lo que soy. Pero pocas personas se han enfrentado a condiciones tan graves como Habacuc, con la inminente destrucción de su nación, familia y amigos, y la forma de vida. Su declaración será feliz por el Dios que me entrega demuestra que deleitar en Dios no depende de circunstancias favorables. La felicidad en Dios implica un acto de voluntad hacia el Dios que está allí, y que nos ama, incluso en el hambre, la guerra y las celdas de la prisión.
(Sometimes we read Scripture about rejoicing or trusting and think, Easy to say, but you're not facing what I am. But few people have faced conditions as dire as Habakkuk, with the impending destruction of his nation, family and friends, and way of life. His statement I will be happy because of the God who delivers me demonstrates that delighting in God isn't dependent on favorable circumstances. Happiness in God involves an act of will toward the God who's there, and who loves us, even in hunger, war and prison cells.)
Las Escrituras a menudo nos anima a alegrarnos y confiar, lo que puede parecer simplista cuando estamos lidiando con profundas luchas. La situación de Habacuk ejemplifica esta dificultad cuando enfrentó la destrucción de su nación y la pérdida de todo lo familiar. Su declaración de felicidad en Dios destaca que la verdadera alegría no depende de nuestras circunstancias, sino una elección consciente de creer y encontrar deleite en el Señor, independientemente de los desafíos de la vida.
La capacidad de Habacuc para expresar alegría en medio de la agitación ilustra que nuestra relación con Dios puede proporcionar una fuente de fuerza y felicidad, incluso en los tiempos más oscuros. La visión de Randy Alcorn nos recuerda que la verdadera felicidad implica un acto intencional de voluntad de abrazar el amor y la presencia de Dios, incluso cuando experimentamos pruebas como el hambre, el conflicto o el encarcelamiento. Esta perspectiva fomenta una dependencia de Dios como base para nuestro Espíritu, superando nuestras circunstancias.