Los libros de texto, me parece, son enemigos de educación, instrumentos para promover el dogmatismo y el aprendizaje trivial. Pueden salvarle al maestro algunos problemas, pero el problema que infligen en las mentes de los estudiantes es una plaga y una maldición.
(Textbooks, it seems to me, are enemies of education, instruments for promoting dogmatism and trivial learning. They may save the teacher some trouble, but the trouble they inflict on the minds of students is a blight and a curse.)
Neil Postman, en su libro "El fin de la educación: redefinir el valor de la escuela", argumenta que los libros de texto a menudo obstaculizan la verdadera educación. Él cree que promueven el pensamiento dogmático y fomentan el aprendizaje superficial en lugar del compromiso crítico con las ideas. Si bien los libros de texto pueden facilitar la enseñanza para los educadores, pueden crear desafíos significativos para la comprensión y el crecimiento intelectual de los estudiantes.
La afirmación de Postman destaca el impacto negativo de depender en gran medida de los libros de texto en entornos educativos. En lugar de fomentar la curiosidad y la comprensión más profunda, los libros de texto pueden limitar a los estudiantes a codificar el aprendizaje y limitar su capacidad de pensar de forma independiente. Esta crítica plantea preguntas importantes sobre la efectividad de los recursos educativos tradicionales y su papel en la configuración de individuos conocedores y reflexivos.