en "¿Los androides sueñan con ovejas eléctricas?" Por Philip K. Dick, se produce un intercambio humorístico donde Rachael acusa juguetonamente a su compañero de amar a su cabra más que a ella. Su broma destaca la importancia de la cabra en sus vidas, lo que sugiere una jerarquía de afecto que coloca al animal sobre la propia Rachael. La escena captura un momento alegre en medio de las complejidades de las relaciones humanas y artificiales.
Este momento sirve para ilustrar los temas más amplios de la novela, donde se examinan los vínculos emocionales tanto para los seres vivos como para las construcciones artificiales. La risa de Rachael refleja una mezcla de diversión y reconocimiento de la dinámica peculiar en su mundo, lo que lleva a los lectores a considerar la naturaleza del amor y la conexión en una sociedad que lidia con las consecuencias de la tecnología.
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