Las mejores cosas de la televisión son su basura, y nadie ni nada está seriamente amenazado por ella. Además, no medimos una cultura mediante su producción de trivialidades no disfrazadas, sino por lo que afirma como significativo. Ahí está nuestro problema, ya que la televisión es más trivial y, por lo tanto, más peligrosa cuando sus aspiraciones son altas, cuando se presenta como un portador de importantes conversaciones culturales. La ironía aquí es que esto es lo que los intelectuales y los críticos instan constantemente a la televisión a hacer.
(The best things on television are its junk, and no one and nothing is seriously threatened by it. Besides, we do not measure a culture by its output of undisguised trivialities but by what it claims as significant. Therein is our problem, for television is at its most trivial and, therefore, most dangerous when its aspirations are high, when it presents itself as a carrier of important cultural conversations. The irony here is that this is what intellectuals and critics are constantly urging television to do.)
Neil Postman argumenta que el contenido trivial en la televisión, aunque a menudo se considera una mera basura, plantea una amenaza significativa cuando pretende participar en discusiones culturales serias. Señala que la sociedad realmente no evalúa su cultura por el material frívolo que produce, sino por lo que considera significativo. Esto revela una paradoja donde la televisión, en sus intentos de transmitir problemas sociales profundos, a menudo se vuelve aún más...
