La cantidad de horas que la televisión promedio de vigilancia estadounidense se ha mantenido estable, aproximadamente a las cuatro horas y media al día, todos los días {a los sesenta y cinco años, una persona habrá pasado doce años ininterrumpidos frente a la televisión}.
(The number of hours the average American watches TV has remained steady, at about four and a half hours a day, every day {by age sixty-five, a person will have spent twelve uninterrupted years in front of the TV}.)
El estadounidense promedio aún dedica aproximadamente cuatro horas y media cada día a ver televisión, un hábito que no ha cambiado significativamente con el tiempo. Este patrón de visualización constante ilustra el papel arraigado de la televisión en la vida diaria, influyendo en cómo las personas consumen información y entretenimiento.
A la edad de sesenta y cinco, un individuo habrá pasado un asombroso doce años viendo continuamente televisión. Esta estadística destaca el profundo impacto de la televisión en el desarrollo personal y el discurso social, como se señaló en la "divulgación de Neil Postman a la muerte", que critica las implicaciones de una cultura saturada de medios.