En su libro "Siguiente: El futuro acaba de pasar", Michael Lewis explora la idea de que el capitalismo prospera con el cambio y la imprevisibilidad. Argumenta que la verdadera estabilidad, caracterizada por la falta de progreso y el estancamiento en la creación de riqueza, plantea una amenaza significativa para el sistema capitalista. Sin nuevas innovaciones o desarrollos, el motor económico que representa el capitalismo fallaría, ya que depende del crecimiento constante y la adaptación para sobrevivir.
Esta perspectiva destaca el dinamismo inherente de las economías capitalistas, donde la evolución continua y el surgimiento de nuevas oportunidades son esenciales. En esencia, la estabilidad puede conducir a la complacencia, socavando los mismos mecanismos que impulsan la prosperidad económica y el avance. Al enfatizar la necesidad de interrupción y nuevas ideas, Lewis señala que una economía vibrante debe adoptar el cambio en lugar de tratar de mantener el equilibrio.