En "The Big Short", el autor Michael Lewis analiza el papel de las agencias de calificación en la crisis financiera, destacando cómo fueron compensadas generosamente por empresas como Goldman Sachs por sus calificaciones. A pesar de las tarifas sustanciales recibidas, estas agencias calificaron una porción significativa de la nueva deuda creada durante este período, hasta el 80 por ciento, como Triple-A, lo que significa alta calidad y seguridad.
.Esta tergiversación de la calidad de la deuda contribuyó a la inestabilidad financiera generalizada, ya que los inversores fueron engañados a creer que estaban comprando inversiones seguras. El libro critica el sistema que permitió prosperar tales conflictos de intereses, en última instancia, desempeñando un papel fundamental en el colapso económico que siguió.