La cita de "The Big Short" de Michael Lewis destaca las condiciones económicas que enfrentan muchos estadounidenses. A pesar de que sus salarios permanecen en gran medida iguales, el gasto de los consumidores continuó aumentando significativamente. Esta disparidad creó un escenario en el que las personas buscaron préstamos para financiar sus compras, lo que llevó a una cultura de préstamos que superó sus medios financieros.
Esta situación resultó en un equilibrio precario entre la demanda del consumidor y la estabilidad financiera. A medida que las personas asumieron más deudas para apoyar sus hábitos de consumo, el riesgo de incumplimiento se avecinó, lo que refleja una preocupación más amplia por la sostenibilidad de tales prácticas financieras. La tensión entre la satisfacción inmediata de la compra y el impacto económico a largo plazo de los préstamos muestra un tema clave en el panorama financiero de esa época.