El panorama financiero en California revela que incluso las ciudades prósperas enfrentan desafíos significativos. Por ejemplo, San José cuenta con el ingreso per cápita más alto en los EE. UU. Después de Nueva York, y posee la mejor calificación crediticia entre las ciudades californianas con más de 250,000 residentes. Esta alta calificación proviene de su gestión financiera excepcional, lo que le vale una calificación Triple-A de las principales agencias. Sin embargo, esta chapa de éxito enmascara problemas más profundos dentro de la estabilidad financiera de la ciudad.
A pesar de su impresionante estado crediticio, San José está precariamente cerca de la bancarrota. La ciudad está bajo la presión de los tenedores de bonos que pueden hacer cumplir los gravámenes fiscales sobre los propietarios para cumplir con las obligaciones de bonos, lo que sugiere que la seguridad financiera de los municipios puede ser engañosa. Esta situación destaca una crisis subyacente que muchas ciudades podrían experimentar, enfatizando la precaria relación entre los ciudadanos y sus entornos financieros en California.
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