Dos cosas golpean a todas las personas irlandesas cuando llega a Estados Unidos, los amigos irlandeses me dicen: la inmensidad del país y el deseo aparentemente interminable de su gente de hablar sobre sus problemas personales. Dos cosas golpean a un estadounidense cuando llega a Irlanda: cuán pequeño es y qué tan apretado. Una persona irlandesa con un problema personal lo lleva a un agujero con él, como una ardilla con una nuez antes del invierno. Se tortura a sí mismo y a veces a sus seres queridos también. Lo que no hace, si ha sufrido un poco de inversión, es ventilarlo al mundo exterior. El famoso regalo irlandés de Gab es una portada para todas las cosas que no te dicen.
(TWO THINGS STRIKE every Irish person when he comes to America, Irish friends tell me: the vastness of the country, and the seemingly endless desire of its people to talk about their personal problems. Two things strike an American when he comes to Ireland: how small it is, and how tight-lipped. An Irish person with a personal problem takes it into a hole with him, like a squirrel with a nut before winter. He tortures himself and sometimes his loved ones, too. What he doesn't do, if he has suffered some reversal, is vent about it to the outside world. The famous Irish gift of gab is a cover for all the things they aren't telling you.)
Los inmigrantes irlandeses en Estados Unidos a menudo notan la inmensidad del país y la apertura de las personas que comparten fácilmente sus problemas personales. En contraste, los estadounidenses que visitan Irlanda son golpeados por el pequeño tamaño del país y la naturaleza reservada de sus habitantes. Esta diferencia cultural destaca cómo los irlandeses tienden a internalizar sus luchas, ocultando sus problemas como ardillas que esconden nueces para el invierno.
En lugar de discutir abiertamente sus desafíos, una persona irlandesa típica prefiere mantener sus dificultades privadas, a veces causando dolor por ellos y sus seres queridos. Si bien es conocida por su elocuencia, esta capacidad de comunicarse es a menudo una máscara para las emociones y los problemas que permanecen tácitos.